Il femminismo sta già cambiando tutto

di Anna Mei

(versión espanola al final)

Quest’anno a Madrid, tra il 24 e il 26 di Febbraio, è stato organizzato per la prima volta un incontro internazionale femminista (EIF – Encuentro Internacional Feminista) al quale hanno partecipato da vari paesi donne dell’associazionismo, della politica, del giornalismo, della cultura, convocate dalla Ministra delle Pari Opportunità della Spagna, Irene Montero, per dibattere su temi quali la parità di genere, l’uguaglianza, l’ecofemminismo, i diritti umani, il sessismo e la violenza strutturale del sistema etero-patriarcale. Le partecipanti – per menzionarne solo alcune, Vandana Shiva, Judith Butler, Brigitte Vasallo, Monica Benicio, Tamara Clavería, Ericka Ñanco, Colectivo Lastesis, Yayo Herrero – hanno portato la loro esperienza professionale, personale e politica per condividere percorsi attuali e progetti futuri. Venti in totale le conferenze, nelle quali si è parlato di aborti felici e decrescita; antirazzismo e femminismo intersezionale; di maschilità divergenti e cultura femminista; violenza politica e di genere; memoria ed immaginazione. Dal Brasile alla Finlandia, dal Cile all’Argentina, dal Kurdistan alle più varie realtà locali spagnole, l’atmosfera che si è creata è stata allegra, curiosa, arrabbiata, ed è stato emozionante constatare come nonostante una pandemia mondiale ed una situazione di caos internazionale militarista pieno di aggressività testosteronica, le donne stiano già – in questo esatto momento e in ogni luogo – cambiando le cose; inserendosi in contesti ostili e portando avanti battaglie coraggiose, rivoluzionarie e lungimiranti volte a creare realtà più giuste, rispettose dell’ambiente e delle persone. Con fatica, con entusiasmo, con tenacia, e con sorellanza.

L’incontro ha aperto ufficialmente il mese di Marzo, dedicato alla lotta femminile, ed anticipato la moltitudine di eventi programmati nella città per celebrare la giornata dell’8 Marzo, nella quale, come ogni anno, la Commissione 8M di Madrid ha organizzato la marcia generale, svoltasi dalla piazza della stazione di Atocha, fino a Plaza de España. 700.000 persone, dati dell’organizzazione, si sono riversate nelle strade, bloccando la città e riempiendola di energia viola e cori agitati: dalle bambine che urlavano “non voglio fiori, voglio diritti”, ai gruppi di quartiere che durante tutto l’anno si spendono per i diritti di tutte le donne, la sanità pubblica, il clima, l’accoglienza; alle associazioni per la memoria delle donne vittime del franchismo; alla batucada* delle 400 compagne che hanno accompagnato il corteo rendendolo una vera e propria festa; ai cori che hanno ribadito la necessità di parità salariale, lotta alla violenza di genere, educazione sessuale e affettiva, inclusione di tutte le donne – quelle con pene, e quelle con vagina.

Tutte insieme – studentesse, bambine, donne del collettivo lgbtqia+, lavoratrici, pensionate, attiviste – abbiamo sfilato rivendicando uno spazio che ci appartiene, “sacando un pecho fuera, al puro estilo Delacroix” (pezzo guida della cantante Rigoberta Bandini). Nonostante le ostilità politiche e sociali di un paese ancora altamente immaturo e disinformato in alcune sue frange, è stato bello e necessario ritrovarci e riaffermarci nelle nostre battaglie quotidiane, stringerci e ridarci quella forza che sappiamo di dover continuare a tirar fuori con le unghie e con i denti. Il sistema ci ha volute e ci vorrebbe ancora silenziose, ma ciò non è più possibile. L’eteropatriarcato, capitalista, imperialista, militarista, elitista, fascista, bianco, sta collassando su se stesso. Continueremo a minarlo da dentro, ad appropriarcene e rivoluzionarlo dalla base, dagli stessi principi su cui si fonda. E lo faremo con amore, inteso come quell’amore sociale che, come ha detto Yayo Herrero nel suo intervento all’EIF 2023, “è la volontà radicale di farci carico le une delle altre, e della conservazione della vita in tutti i suoi aspetti”. Unendoci da un lato all’altro del globo, rispettando il lavoro delle nostre sorelle del sud globale, e onorando le battaglie di chi con coraggio e ferocia ha aperto nuove strade per tutte, e che – solo fisicamente – non è più con noi, come Marielle Franco. Possiamo insegnare molto a questo marcio sistema: che insieme – solo insieme – possiamo tutto.

Anna Mei

*gruppo di percussioni

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El feminismo ya lo está cambiando todo

Este año en Madrid, del 24 al 26 de Febrero, ha tenido lugar por primera vez un Encuentro Internacional Feminista, en el que han participado desde distintos países mujeres de la política, de los movimientos sociales, del periodismo y del sector cultural, todas convocadas por la Ministra de Igualdad Irene Montero para debatir sobre temas como la igualdad, el ecofeminismo, los derechos humanos, el machismo y la violencia estructural del sistema hetero-patriarcal. Las ponentes – entre ellas Vandana Shiva, Judith Butler, Brigitte Vasallo, Monica Benicio, Tamara Clavería, Ericka Ñanco, Colectivo Lastesis, Yayo Herrero – han compartido su experiencia profesional, personal y política para hablar de proyectos actuales y futuros. En las 20 mesas repartidas en los tres días del encuentro, hemos podido hablar juntas de abortos felices y decrecimiento, antirracismo y feminismo interseccional, masculinidades divergentes y cultura feminista, violencia política y de género, memoria e imaginación. Pasando por Brasil, Finlandia, Chile, Argentina, Kurdistán, hasta llegar a las más diversas realidades locales españolas, el ambiente fue cálido, curioso, enfadado, y fue un alivio y una alegría poder comprobar que a pesar de una pandemia mundial y una situación de caos internacional militarista lleno de agresividad testosterónica, las mujeres están – en este mismo momento y en todos los lugares – cambiando las cosas. Introduciéndose dentro de contextos hostiles, encabezan batallas revolucionarias, valientes y visionarias, con el objetivo de crear realidades más justas, respetuosas del medio ambiente y de las personas. Lo hacen con entusiasmo, con determinación, a veces con cansancio, y con sororidad.

El EIF ha inaugurado oficialmente el mes de Marzo, dedicado a la lucha de las mujeres, y adelantado la multitud de eventos esparcidos por la ciudad para celebrar el 8M, Día Internacional de la Mujer, en el que como siempre la Comisión 8M de Madrid ha organizado la enorme manifestación que este año se movió desde Atocha hasta Plaza de España. 700.000 personas, según los datos de la organización, invadieron las calles, parando la ciudad y llenándola de energía morada y coros alegres. Había niñas cantando “no quiero flores, quiero derechos”; agrupaciones de los barrios que a lo largo de todo el año trabajan para los derechos de todas las mujeres, la sanidad pública, el clima, la inclusión; asociaciones para la memoria de las mujeres víctimas del franquismo; una batucada de 400 compañeras que han acompañado la marcha convirtiéndola en una verdadera fiesta; coros que han vuelto a subrayar la necesidad de paridad salarial, de lucha contra la violencia de género, de educación sexual y emocional, y de inclusión para todas las mujeres – las con pene, y las con vagina.

Todas juntas – estudiantes, niñas, mujeres del colectivo lgbtqia+, trabajadoras, jubiladas, activistas – hemos recorrido el centro de Madrid revindicando un espacio que nos pertenece, “sacando un pecho fuera, al puro estilo Delacroix”*. A pesar de la hostilidad de algunos sectores de la política y de la sociedad extremadamente inmaduros y desinformados, ha sido importante reencontrarnos y reafirmarnos en nuestras luchas cotidianas, juntarnos y regalarnos esa fuerza que sabemos que necesitaremos seguir sacando con uñas y dientes. El sistema nos ha querido calladas, pero esto obviamente ya no es posible. El heteropatriarcado capitalista, imperialista, militarista, elitista, fascista, blanco, está en total colapso. Seguiremos socavándolo, apropiándonos de él y revolucionándolo desde la base, desde los mismos principios en los que se funda. Y lo haremos con amor, con ese amor social que como dijo Yayo Herrero en su discurso en el EIF, “es la voluntad radical de querernos hacer cargo las unas de las otras, y del sostenimiento de la vida, en todos sus aspectos”. Creando puentes de un lado al otro del mundo, respetando el trabajo de nuestras hermanas en el sur global, y honrando las luchas de quienes con fiereza y valentía han abierto nuevos caminos para todas, y que ahora – sólo físicamente – ya no están con nosotras, como Marielle Franco. Podemos enseñar mucho a este sistema podrido: juntas – sólo juntas – podemos todo.

Anna Mei

*Rigoberta Bandini, Ay Mamá